sábado, 12 de septiembre de 2009

En el horno

Solo para avisar que ya se están cocinando las segunda partes, tanto de Quebranto como de Historias de Cantina, espero que para el miércoles pueda subir una de ellas; eso si no me dejan tarea. Aquí una imagen de "preocupado por la tarea" =S

martes, 8 de septiembre de 2009

Historias de cantina: La discusión (Primera Parte)

Jaime y Diego se encontraron en la cantina del Surtidor. Diego se veía desanimado: unas grandes ojeras moradas rodeaban sus ojos, contrastaban con la pálida piel del rostro y la sonrisa animada que le dirigió a Jaime al cruzar la puerta del antro. Jaime acostumbraba llegar tarde. Al entrar miró a su amigo, bajo la tenue luz, con los brazos sobre la mesa y su cabeza apoyada en ellos. Sabía que su amigo estaba triste, pero lo primero que penso fue: ¿por que chingaos no ah pedido las chelas? --Dos bien muertas Don Alex-- Pidió enseguida. --Hola amigo, ¿cómo estas? Yo bien, ¿y tu? --Comentó Diego señalando la falta que había cometido Jaime. --Lo que se ve no se juzga. --Replico Jaime amargamente. A Diego no se le ocurrió una respuesta así que guardó silencio mientras Don Alex, el cantinero, dejaba sobre la mesa 2 Vickys bien muertas. Jaime acerco una silla a la mesa, tomó la caguama y bebió un gran trago. --¿Ora por quién chillas? --Y su voz sonó tan fría como la botella que tenía en la mano. La mirada de Diego se fijo en Jaime. Habían sido amigos desde la secundaria pero nunca había notado tanta indiferencia por parte de él. Algo había ocurrido. Por un momento Diego olvido sus problemas y se concentró en Jaime: su cara estaba rígida, parecía que trataba de ocultar su expresión, aunque dejaba ver algo de enojo. Diego suspiró, tenía el presentimiento de que esta sería una larga conversación.

lunes, 7 de septiembre de 2009

No se me olvida.

Este blog ya lleva un largo tiempo sin novedades, hace falta algo de menta y yerbabuena para salir de la apatía tan terrible que impera en este sitio. La verdad no prometo nada, porque luego se me da por escribir y otras no (bendita musa caprichosa, ¿por qué te apareces durante la clase de Arturo o a la mitad de una intervención en crisis?) Por ahora mi oficio anda descuidado; me siento como zapatero sin pieles ni tela y aunque un par de ideas dan vueltas en mi cabeza, no logro plasmarlas en papel (no se diga medio electrónico pues no llevo una lap y mi cuaderno es mi fiel acompañante). En fin, ya pude escribir algo relativamente coherente, es probable que pronto esté de vuelta con una historia de ... Nos veremos en el futuro.