domingo, 25 de abril de 2010

Libros que no me gustaron y que no terminé de leer.

Afortunadamente no hay muchos, pero admito que lo poco que pasé en compañía de estos resultó ser muy desagradable. Espero no se sumen más. ¿Qué puedo rescatar de ellos? Ya se cómo no escribir y a identificar lo que no me gusta de un libro. Sangre de campeón- Carlos Cuauhtemoc Sánchez. Verdadera porquería de libro. Contraveneno- Carlos Cuauhtemoc Sánchez. Una página fue suficiente para aborrecer al libro y al autor. Mal de amores- Ángeles Mastretta. Tan idealizado el "amor" que me dio asco.

¿Rutina?

Fin de semana y me encuentro no aburrido, sino con apatía. Mañana lunes de regreso a clases, otra vez estoy llegando a un punto donde no se que hacer: Escribir no quiero. Jugar nintendo tampoco. Leer muy poco. Películas, no se me antojan. Dormir, no puedo. Hambre no tengo. Es más, ni una chela se me antoja. A veces pienso que necesito una persona que me escuche... oh, espera, soy psicólogo, yo mismo puedo escucharme... ah, como sea, a quien chingados le importa. No pregunten, no responderé.

domingo, 11 de abril de 2010

Muy parecido al amor.

Todos nos hemos enamorado, de eso no me cabe duda. Hay quienes afirman que nunca se han enamorado, pero yo me pregunto, ¿a quien tratan de engañar? Cuando lo dicen, sus facciones se vuelven duras, su mirada se torna sombría y en un seco tono de voz dicen: nunca me he enamorado. Lo único que reflejan es el intenso dolor que les produce el recuerdo.

Romeo dijo “Qué bien se burla del dolor ajeno quien nunca ha tenido cicatrices” ¿Acaso hay alguien que viva sin cicatrices? Aún dentro de su visión “realista” de las cosas, existe un momento, una persona, un lugar, una canción que es capaz de conmover al corazón más duro, pero sobre todo son los recuerdos. Esas imágenes mezcla de fantasía y experiencias, debatiéndose en busca del equilibrio entre subjetividad y objetividad; la dualidad de lo existente y lo inexistente, y al final, ¿qué es aquello que NO existe?

Mejor dicho, es el contraste entre el blanco y negro y el color. Eso es fácil de identificar, en cambio, los tonos, muchas veces sutiles, resultan engañosos al ojo.

En la película El amor es un perro infernal, Harry, el protagonista, vivió entre la dualidad, sin percatarse de la gama de colores que había a su alrededor. Su primer contacto con el amor estaba lleno de fantasía y sobre todo de inocencia. Mientras que su corazón buscaba el ideal, sus ojos veían lo contrario: un par de sapos, símbolo de lo repugnante. Y lo que hacían estos sapos, era aquello que se acostumbra llamar, “hacer el amor”. Cuán terrible resulta esta visión para la propia fantasía. Cuán doloroso llega ser el abandonar las ilusiones de la infancia. ¿Es este el Amor?

La canción lo dice: Love hurts (el amor duele). Deja una marca en nuestra vida que con el paso del tiempo tratamos de olvidar pues resulta imposible borrar. El resultado, una mascara, una armadura, algo que nos proteja del mismo amor que sentimos. Cuando Harry baila con Lisa, no es él quien lleva puesta la máscara, sino Lisa. No era Harry ocultando su acné, era Lisa quien se escondía tras la frivolidad y las convenciones sociales, incapaz de verse frente al espejo de su propia alma.

El tiempo pasa, olvidamos, pero llevamos la marca del recuerdo. Cada acción, cada persona que conocemos, cada amante que tenemos, todo nos deja su influencia; nos construimos con base a las relaciones que vivimos; llámese amigo, papá, mamá, novio, etc. Los resultados son inesperados.

Consumido por el alcohol, no encuentra más satisfacción que en los antros, lugares de decadencia, donde contempla decenas de sapos, oculto tras una máscara. El final no lo voy a relatar, solo recuerda que hasta las frases que mencionan en las bodas, son cuestionables. ¿Cuál de todas en específico dijo Harry? Lo descubrirás cuando veas la película.

Así es como Bukowski (el escritor) nos muestra lo más parecido al Amor, como si pudiéramos alcanzarlo, lejos del Deber Ser, indefinido y con miles de expresiones. Encontrar el Amor no es tarea fácil, el error consiste en enamorarte, pues es la ilusión del verdadero Amor, tras lo cual se encuentra la decepción, la frustración y el Odio; no es más que un niño ciego ante la visión de los sapos, tratando de construir una fantasía y sin embargo, ¿quién se atreve a decir que no es real? No es real porque la otra persona no lo quiere.

Vivimos con una esperanza, pues es la única defensa que tenemos frente a una realidad: nuestra realidad.

Dedicado a mi hermana menor Jiqaah. Gracias por la inspiración.

sábado, 10 de abril de 2010

Charla conmigo.

Justo ahora escucho Parabol/Parabola de Tool. Acabo de regresar de la foto de graduación y por una razón que no quiero admitir la letra de la canción esta haciendo eco en mi cerebro y en mis emociones. Las estridentes guitarras me llevan al punto de las lagrimas, me dejé invadir por la nostalgia mientras imaginaba una vela apagándose en un cuarto oscuro. Un rostro aparece, intento borrarlo, creo que sería lo mejor, tengo planes, no debe interponerse. Debo dormir, refugiarme en los sueños. Trataré de no desvelarme más.