jueves, 30 de octubre de 2014

Pensamientos

El sonido llena la habitación. Suena la música y no para. Afuera el silencio.

Horas pasan y continúan los acordes. Estruendos de guitarras, voces guturales que se mezclan con dulzura fingida. La atención se enfoca en el ritmo, luego en la armonía y haciendo un esfuerzo, logra captar la melodía de un instrumento aislado. Afuera el silencio.

Callan los pensamientos. Sigue el canto y las voces; la ejecución impecable de los músicos. Notas bailan y brincan. Gritos se ahogan mientras dedos tamborilean sobre la mesa en un momento de calma que se destruye bruscamente con el golpe de un platillo. Afuera el silencio.

Sube el volúmen. Sube, sube, sube... Explosivas las percusiones. Más violentos los acordes de guitarra, más agónica la letra. La piel se eriza, el corazón late con fuerza, la voz desgarra... El pensamiento se instala, la acción prosige. Adentro el silencio.

1 comentario:

Gina Nordbrandt dijo...

Yo diría... aviéntate, nadie, o quizá sólo los afortunados, pero aparte de ellos, nadie nació siendo escritor.
Me laten desde hace mucho tiempo tus escritos.