miércoles, 19 de mayo de 2010

Gabriel Mancera.

A manera de prólogo. Durante el curso de Psicología y Literatura se nos pidió crear un personaje y contar una historia sobre el mismo. El proceso de gestación fue difícil, tuve un vislumbro de lo que es escribir por encargo u obligación y por momentos me sentí realmente presionado. A pesar de todo, el aprendizaje más significativo es que puedo hacer un trabajo literario en tiempo y forma. El cuento que escribí se titula Gabriel Mancera. Está dividido en 3 partes que publicaré semanalmente, a continuación, la primera de ellas. Fernanda miraba la fría placa de metal que adornaba la tumba, no leía lo que tenía escrito, no era necesario pues de tanto leerlo, ya lo había memorizado. Joaquín no levantaba el rostro, sus ojos negros y alegres se ensombrecían, trataba de no llorar aunque siempre se le escapaba un lagrima, sus parpados eran incapaces de contener todo el dolor que sentía. Pidió que lo dejaran solo unos momentos. Fernanda y Joaquín dieron media vuelta sin reprochar, se tomaron de las manos y le pidieron a Susana que los acompañara. Ella negó con la cabeza, silenciosamente, pero fue tomada por Joaquín y con todo el pesar de su alma, abandonaba la gris lápida. Caminaron varios pasos, alejándose. Nadie se atrevía a mirar atrás. --Hay que hacer algo por él. --Susana se atrevió a romper el silencio. –No hay nada que hacer. –Replicó Joaquín mientras Fernanda trataba de no hacer ruido al sollozar. Joaquín la abrazó y enjugó sus lagrimas. Susana estaba desesperada, no había comido en todo el día y ahora empezaba a sentir hambre; sentía un vacío que probablemente no se llenaría con comida. Miró a Joaquín y a Fernanda, abrazados. Se tenían uno al otro y ella… se sentía sola. Si las cosas hubieran sido diferentes, si ella hubiera tenido el valor de confesar lo que sentía por él. Ya es tarde para jueguitos de bachillerato, no es tiempo de enamoramientos de universitarios y aunque se lo permitiera, la muerte les había jugado una broma cruel. Desde varios días atrás había perdido la noción del tiempo, todo parecía moverse en cámara lenta y sin embargo, el tiempo duraba menos. Tenía tan presente el rostro alegre de Gabriel, esa expresión de infinita alegría y felicidad, que dudaba de lo que ahora veía. Solo Joaquín, el mejor amigo de Gabriel, conocía la historia completa, era hora de que hablara, aunque el recuerdo le doliera. --Joaquín, quiero que me digas qué pasó. –-La voz de Susana sonaba firme, Joaquín sabía que tarde o temprano, tendría que contar todo lo ocurrido, no quería aceptarlo, pero se daba cuenta que este era el momento. Joaquín comenzó la historia. Lucia llego en un mal momento a la vida de Gabriel. Él acababa de perder a su abuelo paterno y en una de esas acostumbradas salidas al parque, Gabriel se mecía en un columpio y ella estaba a su lado. Lo que comenzó como una platica sin importancia, trascendió en todo un debate sobre la vida y la muerte. Gabriel estaba francamente impresionado pues nunca en su vida había conocido a una chica que argumentara tan bien sus puntos de vista. Claro que no la conocía no porque las mujeres fueran tontas, sino porque Gabriel pocas veces salía de casa. Gabriel pasaba sus tardes leyendo y haciendo tarea, pocas cosas le interesaban, entre ellas; tocar el piano, leer y la fotografía. Era un chico bastante apático y a veces considerado asocial pero yo sabía que no era del todo solitario, solo era una persona un tanto selectiva con sus amigos. Afortunadamente yo fui uno de ellos y como recordarán, cuando las presenté, él nunca les hizo alguna grosería. Al contrario, sabía que Fernanda me gustaba y me apoyo en todo momento. Tu Susana, como amiga de Fernanda, nunca tuvo nada en contra tuya, al contrario, le caías muy bien, aunque era poco expresivo en su afecto. Pues bien, el hecho de que se integraran a nuestro grupo de amigos le ayudo bastante para socializar con los demás. Poco a poco fue más participativo en clase, conversaba con los compañeros del salón y hasta se reía de los chistes malos del Profe Constantino. Era un buen chico, prefería mantenerse alejado de los problemas, pero cuando Lucia entró a su vida, muchas cosas fueron cambiando, entre ellas su buen humor. No quiero alargarme mucho hablando del tiempo que Lucia y Gabriel pasaban juntos. Cada una de ustedes vivió parte de su historia, desde las tareas que no entregó, hasta las borracheras que experimentó, cosa que jamás imagine que sería capaz de hacer, pues no le gustaba tomar. Joaquín guardó silencio, no quería continuar. La mirada atenta de Susana le hacía sentir incomodidad. Fernanda abrazó a Joaquín, tiernamente le dijo que continuara. Joaquín cerró sus ojos, dio un gran suspiro y comenzó a relatar cómo fue que la tragedia alcanzó a su amigo.

2 comentarios:

Tulkas Astaldo Poldoreä dijo...

Orales me intereso mucho tu historia, ya quiero leer lo demas je je, veo que tienes talento carnal.

Mi estimado ya me hise seguidor de tu pagina y si no te molesta lo estare visitando seguido pues me a parecido una pagina muy interesante, saludos que estes de lo mejor

Juanako Bananas DxtrWard dijo...

Gracias, carnal Astaldo. =)