Tal como lo ven: un niño de aproximadamente 8 años de edad, trabajando de sol a sol vendiendo paletas. Cuando tomé esa foto eran las 4 de la tarde y ya llevaba dando varias vueltas por el lugar.
Pero lo que más me dio coraje fue que después de entregar el carrito de los helados, el poco dinero que traía en los bolsillos le fue robado en un juego de azar que a todas luces era un fraude. Claro, el propietario del juego ese también se hacía acompañar por un niño de la misma edad que servía para enganchar a las víctimas del fraude.
Pues si... viva Mexico mágico y surrealista.
2 comentarios:
=(
Carroña en su estado más puro =(
Si carnal, la neta, da un chingo de coraje =(
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