domingo, 3 de abril de 2011

Callejón.


El oscuro callejón huele feo, siempre trato de evitarlo. Prefiero no pasar cerca y nunca he caminado adentro de este. Sin embargo, me invade el morbo y quisiera saber que hay dentro que huele tan mal.

Lo más probable es que la basura acumulada sea la causa, pero a veces imagino cuerpos mutilados y gatos muertos. Cientos de ratas caminan sobre estos restos y junto con las moscas, se dan un festín digno de las cortes infernales.

Sonrío ante mi visión tan exagerada. Quizá algún día me atreva a pasar por ese callejón. Sólo quiero saber que hay dentro, pero tengo miedo. En lugares así generalmente asaltan. Los ladrones aprovechan la falta de alumbrado público para esconderse.

Ahora que lo pienso, nunca he pasado cerca de día. De noche es fácil imaginarse tantas tonterías, pero de día las cosas se vuelven simples. Por eso me gusta más la noche.

De día, los comerciantes de la cuadra deben aprovechar para arrojar toda la basura que generan sus locales. Puede que haya personas refugiándose en ese lugar. Ya somos demasiado en la ciudad y no hay espacio para tantos. 

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