miércoles, 20 de junio de 2012

Ser racional

La última vez que me visitaron se despidieron de mi como las veces anteriores. No hubo abrazo especial, ni palabras reconfortantes. Sabía que para ellos era una vergüenza, así que no esperaba más cariño de su parte. Encerrarme aquí fue la única solución que se les ocurrió para detener mi excentricidad. No los culpo, ellos tenían una posición social que defender.

Lo que me molestaba era su escaso intelecto. Admito que puedo ser bastante hiriente en muchos aspectos, la ironía y el sarcasmo no son bien vistos, mucho menos cuando los diriges a sus dogmas. Satiriza su divinidad o sus conceptos morales y lo que obtendrás es una bofetada. Esos golpes únicamente revelaban su completa carencia de racionalidad.

Para ser franco, doctor, desde que llegué aquí me he sentido muy bien. Pienso que encajo en este lugar pues las conversaciones nunca son fútiles. Mis "colegas" como gusto llamarles a los internos, tienen una concepción tan compleja del universo, que exalta mi espíritu analista y me mantiene ocupado, diseccionando cada idea, pensamiento, imagen. Los encuentro sumamente fascinantes.

Supongo que usted me ve con otros ojos. Debe ser a causa de su propio padecimiento. Es curioso ver como aquellos que se dicen a si mismos "racionales" actúan de manera completamente opuesta. Es la confusión de roles. Ya se ha hablado de eso en el magnifico cuento del señor P. Supongo que lo ha leído.

Bien, pues estoy aquí para demostrar que el método si funciona bajo una correcta y metódica aplicación. Trataré a los pacientes con la mayor calidez humana y seré un claro ejemplo de recuperación con base en la Psiquiatría moderna.... ¿mis padres, dice? Bueno, si, le escuché claramente decir que murieron en el accidente, pero como le dije al principio, es irrelevante para mi persona los asuntos ajenos a esta institución que me ha adoptado. Es ahora mi deber velar por la recuperación de mis "colegas" así como yo me he recuperado.

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