sábado, 23 de junio de 2012

Un océano de insectos

Aquí estoy. Contemplando con horror y asco un mundo de despojos. Los cadáveres se apilan y el hedor es casi insoportable. Este océano de insectos es vasto. En la superficie proliferan lombrices, debajo, quien sabe que se esconda. Veo cucarachas por todas partes y las moscas se dan un festín en la descomposición.


Busco una antigua nave, algo que, según dijeron, me ayudaría a cruzar. Con repulsión camino entre órganos y cuerpos desmembrados. Cabezas sin ojos miran mi andar, bocas llenas de larvas, narices desechas y orejas sueltas... no hay otro lugar a donde mirar. A cada paso crujen escarabajos bajo mi suela, su sangre va marcando mis huellas. Continúo a paso firme, sin molestarme el sonido de alas zumbando, lo que me es difícil tolerar es el hedor. 

Un muro. Parece construido de algún material proveniente de los insectos, tiene la consistencia de la cera, tal vez pueda fundirlo...

¡No es un muro! Es la corteza de un enorme insecto. El fuego lo ha despertado y ahora me ataca. Sus alas producen un terrible ruido que desequilibra mis sentidos. Es incapaz de volar debido a su gran peso y tamaño, su piel es café, sucia. Escupe una sustancia similar al cochambre viejo, apesta. Tiene ojos por todo su caparazón y unos apéndices que usa como látigos. Debo alejarme, su paso es lento.

¡NO! Está cerrado el paso por donde vine. Millones de cucarachas se amontonan impidiendo la salida ¿acaso las controla de alguna manera? El insecto está cerca, parece que ha ganado velocidad... debo quitarme o su enorme peso me aplastará...

Estrelló su cabeza contra una pila de cadáveres; parece aturdido. Subiré por su espalda y cortaré las alas, su ruido no me deja pensar claramente... lo logré. Ahora luce más enfadado y la sangre emanando de sus heridas atrae cientos de sanguijuelas. No comprendo de donde salieron, el suelo parecía firme... ahora veo, las sanguijuelas salen de unos huecos en sus costados. Debo acabar pronto con él o estas aberraciones me matarán.

Si no bastaba con las sanguijuelas, parece que el impacto rompió alguna especie de exoesqueleto que protegía su frente, dos largas membranas asoman su cabeza y terminan en grandes ojos. ¿Qué demonios es esto? ¿Una maligna mezcla de cucaracha y caracol? 

A pesar del asco y la repugnancia, comienzo a arrojar las partes de algunos cadáveres regados. Distraen a las sanguijuelas pero no parecen afectar al enorme insecto. Una vez más se prepara para embestir y de nuevo esquivo su golpe. Esta vez subo para eliminar sus ojos.

Ahora no ve. Está completamente aturdida y lanza golpes al azar con sus tentáculos. Cada vez hay más sanguijuelas y el piso se llena de la sustancia que escupe, hay poco lugar para moverme. La criatura es demasiado tonta y vuelve a embestir sin éxito. Ahora debo destruir la cabeza. Un golpe de espada, dos más... resulta ineficiente ¿qué haré?

Bajo tan pronto como puedo. Sus golpes son peligrosos, es difícil esquivarlos. No tengo espacio para moverme con libertad, prepara un nuevo ataque... estoy atrapado en su vómito...las sanguijuelas me rodean... no puedo...

GAME OVER

-Maldito jefe. Siempre me mata. Será mejor que suba de nivel mi personaje o busque un ítem que lo dañe más.. *SAVING*

*TURNING OFF*

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